Cuando está a punto de alcanzar a sus víctimas, les lanza su sombrero mientras les grita: "si te alcanzo te lo pongo", este cada vez se hace más grande hasta que cubre totalmente a sus víctimas. Se dice que algunos se desmayan y otros se han muerto del susto, sin embargo, algunos se han salvado y relatan que, en el momento en que el sombrero comienza a crecer, el aire se vuelve frío, ya que la energía de este ser es muy fuerte. Aquellos que han vivido para contar la experiencia dicen que nunca más se atreven a salir solos de noche.
Lo describen como un hombre mayor. Lo que más llama la atención es su gigantesco sombrero, que jamás se lo quita y sus ojos son tan penetrante que son de color rojo.
A veces lo ven subido a su caballo y de compañía dos perros gigantes, que son de color negro y van sujetos de gruesas cadenas. Estos no paran de gruñir y babear.